Alguna gente cree que tener un título de bachiller o universitario cálifica para ejercer los derechos de ciudadanía, para intervenir en las luchas sociales o públicas… y que carecer de ellos, descalifica o degrada. Y nada puede estar más lejos de la verdad…en nuestra historia hemos tenido grandes próceres del intelecto, la literatura y la política: por ejemplo, Pedro F Bono, Juan Bosch y Federico Henríquez Grateraux, fueron autodidactas.
En sentido contrario, es bueno recordar el célebre apotegma de Bolívar: “el Talento sin Probidad es un Azote” … Los mayores daños a los pueblos a veces los causan las eminencias grises… unas veces por accion y otras por omisión, por venalidad o por pusilanimidad. Además, es bueno saber que así como hay una inteligencia intelectual hay una emocional… pero la más profunda y poderosa de todas es la inteligencia colectiva del pueblo sencillo, simple, pobre, que saben recoger los refranes populares. Yo he recibido grandes enseñanzas de la gente más elemental…que a la vez es depositaria de una fracción de la sabiduría popular. Ahí esta Dios…y por otro lado andan los Orcopolitas…primitivos o ilustrados.
Con razón decía Einstein que todos sabemos algo, que no todos sabemos las mismas cosas… pero no lo digo para descalificar a los que estudian: no voy a decir como Mao, “que el que no investiga no tiene derecho a la palabra”…pero en las luchas públicas y nacionales es necesario formarse continuamente, y para eso están los libros… y otros medios de formación, el más poderoso de todos, la experiencia. El que pudiendo ser sabio o docto no lo hace por estar dominado por pasiones subalternas o bajas, no puede conducir a otros a buen destino. Entonces, la diferencia la marca el Corazón Patriota… porque recuerden la advertencia de Descartes: “el Corazón tiene razones que la Razón ignora”
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