El pueblo de Estados Unidos ha pasado una dura prueba para su democracia. Han concluido con pleno éxito y sin cuestionamientos unas elecciones muy polarizadas y que se predijeron como muy reñidas.
La victoria aplastante de Trump y el Partido Republicano no fue prevista por ninguna firma encuestadora, ni a nivel de voto popular, ni a nivel de colegios electorales; ni tampoco que ambas cámaras estarían en control de Trump y el Partido Republicano. Fallaron todas las encuestas.
La victoria de Donald Trump y su vuelta a la Casa Blanca en enero ha sido histórica. No creo haya nada parecido. Trump venció todas las adversidades inimaginables: diversos procesos criminales, intentos de quebrarlo dos intentos de asesinato conocidos. Le ganó al poder político de la Casa Blanca, le ganó a la gran prensa, a los famosos artistas e influencers, a los Obama, a los Clinton.
El tema económico y la migración ilegal fueron en mi opinión determinantes. El voto hispano con derecho al voto por ser ciudadanos de Estados Unidos se volcó en favor de Trump, porque vieron sus propios intereses afectados con la llegada de más 10 millones de ilegales, que les quitan sus empleos y les empeoran los servicios públicos. Igual los afroamericanos, ambos grupos poblacionales con derecho al voto, coincidieron con el discurso de Trump de que es una urgencia deportar masivamente los ilegales, dando prioridad a los que tienen antecedentes penales.
La seguridad ciudadana de Estados Unidos se vio afectada gravemente, no sólo para los blancos, seguidores históricos de Trump, sino para todos los ciudadanos legales de esa Nación. Igual, el norteamericano se preguntó cuándo vivía mejor, si con Trump o con Biden. Y la respuesta fue contundente de todos los grupos poblacionales en favor de Trump.
Otro factor importante que favoreció a Trump fue presentarse como el candidato de la Paz Mundial, con el aval de que mientras gobernó Estados Unidos no tuvo guerra. Trump prometió acabar la guerra Rusia-Ucrania, que ha costado cientos de miles de millones a Estados Unidos y millones de vida al pueblo ucraniano.
De igual manera, hay grandes expectativas positivas de que Trump, que es un negociador nato y sagaz, podrá lograr paz en Medio Oriente y frenar la expansión geopolítica China, que es principal dolor de cabeza estratégico de Estados Unidos.
Para los dominicanos es una gran ventaja tener a Trump como Presidente de Estados Unidos. Él nos comprenderá mejor en nuestro principal problema existencial frente a la invasión haitiana. No ejercerá presión sobre RD y su soberanía en materia de repatriaciones ilegales; nos puede ayudar con el Muro, frenará injerencia de agencias norteamericanas que han querido imponer aquí la legalización del aborto y las agendas contra los valores cristianos de vida y familia.
La victoria de Trump es triunfo de Estados Unidos, del mundo de los valores cristianos y de la Paz Mundial.
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