Se turbó sorprendido mi ocaso y II

En la entrega anterior prometí seguir tratando en ésta los efectos turbadores de mi ocaso por las cosas que nos llegan acerca del Opioide Fentanilo y sus estragos en sociedades de alto desarrollo, donde ya hay ciudades hermosas alojando en territorios aislados sus víctimas, denominando a los terribles albergues como Zombielandia.

Anticipé, desde luego, que tomaría como punto de partida lo que ocurre en la Corte Federal del Distrito Este de New York, donde el Juez Brian Cogan encabezara una experiencia difícil de encontrar alguna anterior como precedente.

Dije más, que abordaría el tema, consciente de que se trata de unas dimensiones nuevas del fenómeno criminal como agente destructor de la salud en términos espantosos, que había irrumpido en otros campos, como el propio quehacer del crimen tradicional de la Droga y su infernal comercialización.

Pues bien, fue el juez mencionado quien juzgó y condenó a prisión perpetua al hombre que ostentara durante mucho tiempo la jefatura del temible Cartel de Sinaloa y para condenarlo se celebraron audiencias fenomenales, donde sobresaliera entre las pruebas el testimonio prestado por un joven que cumple condena severa en Chicago, por dirigir todo el trabajo de distribución y control de la droga ingresada a Estados Unidos por ese Cartel, al frente del cual permanecía otro hombre importantísimo, su padre, Ismael  El Mayo Zambada.

Para todos los que hemos seguido de lejos la tragedia inmensa de México y la droga, se había producido un rompimiento inarreglable entre ambas familias y era más que previsible una torrentera inaudita de sangre entre ellas.

Así lo hemos creído quienes hemos sido asiduos seguidores de obras notables que han descrito todo el conflicto durante décadas, muchos de sus autores caídos trágicamente en el empeño.  Hoy evoco dos obras solamente, a manera de resonancia magnética, a sabiendas de que hay otras muchas notabilísimas:  Una, de Anabel Hernández, “Los Señores del Narco”, donde hace una descripción impresionante del Cartel de Sinaloa y su personaje esencial, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y la otra, de un reportero inglés, Ian Grillo, “El Narco en el corazón de la insurgencia criminal mexicana”.

Quien lee esas obras, sin dejar de considerar las otras, puede sentirse abastecido de conocimientos sobre las magnitudes y la composición de todos los elementos que envuelven aquella catástrofe, lo que significa que esa información idónea y responsable sobre la amarga realidad socio-criminal ha tenido que versar poniendo mucha atención a los rasgos de las personalidades y talantes de los actores esenciales en los puentes de mando; en este caso, El Chapo y El Mayo.

Por ello es relativamente fácil comprender que, pese a ser esencialmente diferentes, fueron unos asociados sólidos en la dirección y control de esa estructura enorme del Crimen.

Ha venido a ocurrir un hecho que nos ha dejado estupefactos: Un día cualquiera, para ser exactos el 25 de julio de 2024, apareció la espectacular noticia de que El Mayo Zambada había sido capturado en Nuevo México, al desmontarse de un pequeño avión donde venía acompañado por el Chapito Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo.

De ahí surgió de inmediato la cuestión de saber cómo se podría explicar aquello, pues uno, el viejo, es el padre del testigo fundamental para echar a perder al padre del otro en su suerte judicial de pena perpetua.

La primera versión fue la de que “el joven engañó al viejo”; lo invitó hablándole y seduciéndole para que fueran juntos a Estados Unidos, a ver unas tierras muy propicias para las operaciones del tráfico; ésto, como si no se hubiera producido ningún agravio por el testimonio en la Corte de Nueva York y la condena subsecuente.

Me ocurrió lo de siempre; lo dudé totalmente y pasé a darle una interpretación diferente, a contracorriente, cuando dije en entregas anteriores: “Puede ser que El Mayo Zambada esté enfermo y convencido de que le queda poco tiempo de vida; y es posible que aceptara la extraña invitación, o la buscara, porque en toda la literatura existente relativa al Narco de México se le ha descrito como un sujeto extraño, enigmático, astuto, arisco, de gran poder, sin exhibicionismo de ninguna clase, muy retraído hasta el misterio; tanto así que pudo permanecer lejos de la mano de la justicia mexicana durante 50 años”.

Así las cosas, no es posible pensar que perdiera todos esos atributos para entregarse pura y simplemente por la oferta de un joven, hijo del otro, después de todo lo ocurrido. 

Confié en que mi tesis no andaba muy descaminada, pero comenzaron a aparecer revelaciones diferentes a las de las trampas y traiciones y se comenzó a hablar del secuestro violento; ésto dicho por el propio capturado, que ya fue mostrado en audiencia breve, en silla de ruedas y algo enfermo y, sobre todo, aparece la voz de Anabel Hernández, que ahora nos dice que todo se ha debido a que El Mayo no tiene dinero y que los Chapitos tienen lo que ella llama “un ejército de loquitos” capaces de haber ejecutado el secuestro. 

La nueva explicación me estremece, pero no me convence, porque esa insolvencia de El Mayo es muy difícil de suponer, dada su vida sobria por largo tiempo, una especie de eminencia gris de El Chapo, un co-director más bien situado a sus espaldas, pero muy decisivo, y ésto implica necesariamente que para acercarse a hacerle siquiera la propuesta de viajar había la necesidad de pasar varios anillos de seguridad.  Y hago un paréntesis para reforzar esa reserva.  Ahora mismo se han visto los últimos 19 muertos entre las familias, que ya suman cerca de 100.

Pero, volviendo el hilo al carrete, me pregunto: ¿Qué va a ocurrir?  Veamos perspectivas abiertas, ya declaradas:  a) El hijo de El Mayo condenado en Chicago pide revisión de su sentencia y según parece nuevo juicio, pues no cumplieron los Fiscales de New York el trato de su testimonio para rematar la suerte judicial de El Chapo. b) Su padre, El Mayo, también tiene para el principio del año que viene, fecha de inicio de su mega juicio, ya que los norteamericanos llegaron a considerar que él es verdaderamente el más importante hombre de la Droga de México.  c) De su parte, hay un Chapito que fuera extraditado y guarda prisión, Ovidio Guzmán López, buscando revisión de su sentencia, por supuestas violaciones de derecho en su apresamiento.  d) Asimismo, el Chapito que sedujo supuestamente a El Mayo, o lo secuestró, está para juicio; y algo todavía más desconcertante, El Chapo también quiere nuevo juicio, buscando cambiar los rigores de su condena a pena perpetua, alegando su condición de enfermo.

Como se advierte, se están abriendo borrosos caminos hacia la libertad y el alivio de castigo y, lógicamente, es necesario entender que algo muy grande, verdaderamente excepcional, está de por medio y ahí surgen otras dimensiones intrigantes: ¿Qué está pasando?

Desde antes del año ´20 el Presidente Trump lanzó una alarma gigantesca acerca del Opioide Fentanilo, el mismo al cual el actual Presidente Biden creyó necesario convocar 130 Naciones para enfrentarlo frente a otras drogas sintéticas como un fenómeno criminal devastador, jamás visto.

En ambas manifestaciones presidenciales se suscitó la delicadísima cuestión de los precursores que favorecieran hacer del Fentanilo un monstruo cuya producción fue por muchos años privativa de China; también trascendió que China terminó proscribiéndolo y castigándolo con severas penas, pero aparecía un flujo mortífero de México y se dijo que los Carteles del Norte, especialmente Sinaloa, se habían hecho cargo de su producción y exportación a Estados Unidos.

Se habló de la letalidad del Opiode y de que estaba produciendo daños mayores que todas las Pandemias y las 3 últimas de sus guerras, por lo que la seguridad nacional peligraba.  Se dijo que el Fentanilo, en realidad, era un arma de una guerra química de destrucción masiva. 

Vale decir, pues, que a todo eso se le puede agregar la singular y muy sensitiva relación que se viera entre ese Cartel y el Expresidente López Obrador de México y la familia de El Chapo, especialmente en aquella ocasión de la exoneración penal del hermano mayor de El Chapo, Aureliano Guzmán Loera, El Guano, ”para evitar un baño de sangre en una batalla con el Ejército mexicano”. Además, agréguense las tensas relaciones con la sucesora de AMLO y el gravísimo conflicto surgido con los jueces de México, que se oponen a la modificación constitucional que mandara a la elección popular el nombramiento de los jueces, entendiendo que es una forma de entregarle la justicia al crimen.

Pienso que lo prudente es observar, más que opinar, de momento, acerca de esas circunstancias nuevas de envergadura mayor a todas las que se han conocido y producido a la fecha, perosiempre  retener que el Fentanilo estará en primer fila de los riesgos.

Me detengo, como siempre, por razones de espacio, y formulo mis preguntas: ¿Me excedo en el asombro al grado de sentir turbado el ocaso de mi vida por estas nuevas circunstancias terribles que se abaten sobre la humanidad toda? ¿O creen ustedes que me mueve una intención sana de ofrecer orientación en medio de esta jungla de acontecimientos que al mundo encierra?  Dios ha de querer que, de algún modo, el hombre sobre la tierra recupere parte de la razón perdida y así se protejan los pueblos.

Post Data: El juez Brian M. Cogan, no solo vivió esa experiencia, sino que acaba de condenar a una pena fuerte de 38 años a Genaro García Luna, que fuera una especie de zar durante muchos años en la lucha antidroga, algo equivalente a una perpetua, mientras el reo alega inocencia y dice ser víctima de los testimonios de la gente que él persiguiera con aquellos dudosos éxitos.  Este hombre podría ser otro componente de ese gravísimo conflicto y aportar informaciones inenarrables, ahora que Estados Unidos parece estar montando un escenario de gran armisticio con el Cartel de la Droga de Sinaloa, siempre que su gente se entregue y desmantelen todo lo que ha sido el trasiego para la fabricación de precursores en México del Fentanilo, que es quizás el quid profundo de este enredo.

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