DMA…y el Mal Menor… Por Pelegrín Castillo Semán.

Es muy difícil para la mayoría de la gente no informada de la historia universal y de Oriente Medio, así como de las dinámicas terribles de las guerras…entender la respuesta durísima, implacable, de Israel a la guerra terrorista que le declaró Hamas con los ataques el 7 de Octubre del 2023, pero que responde a una estrategia mayor y más sofisticada, preparada y ejecutada por Irán y sus aliados …

Pero la realidad es que el gobierno de Netanyahu esta poniendo en práctica una política de disuasión DMA frente a todos sus enemigos mortales, en especial, Irán, que es el gran artífice de la estrategia de agresión, subversión y destrucción regional…es decir, de Destrucción Mutuamente Asegurada…DMA,

Su respuesta es “el mal menor”: si lo hace débilmente o de modo insuficiente, o con una lógica de “proporcionalidad”, conforme los criterios buenistas occidentales actuales, invitara a mas y mayores agresiones…y comprometerá la existencia de Israel …o peor aún, tendrá que apelar en algún momento futuro a las armas nucleares que tiene.

Por eso los líderes responsables deben luchar siempre por evitar que las guerras comiencen ya que solo traerán una atrocidad tras otra…Una vez comienzan y se convierten en guerras entre pueblos, naciones, culturas, civilizaciones, la perspectiva cataclismatica se impone, ya que en estos casos, la inmolación individual o grupal, la exposición a riegos de muerte de la población civil o infantil, se convierte en un componente esencial de la guerra híbrida: ya en esta, a veces las batallas decisivas se libran en las redes, las universidades y los medios de comunicación…donde las ONGs, la captura y manipulación de los organismos internacionales, las flotillas solidarias, y la explotación de la victimización, son recursos “bélicos” muy efectivos, que se complementan con los drones, los misiles, el terrorismo, y el espíritu de la Jihad…

Un ejemplo histórico dentro de una guerra de 3ra generación: Churchill después de ganar la batalla de Inglaterra en solitario, decidió lanzar una ofensiva aérea contra la industria de guerra alemana. A pesar de los ataques reiterados, la producción de armamento alemán no se detenía, lo que amenazaba con prolongar la guerra. De ahí surge el cambio de estrategia, ya con apoyo estadounidense: empezó con un ataque a Hamburgo que no tenía una importancia militar.

En una noche fue destruida con bombas incendiarias, y murieron 60 mil civiles… Sin embargo, al día siguiente se ordenó un nuevo ataque sobre la ciudad en ruinas y los 90 mil civiles que sobrevivieron en refugios… Los pilotos de la RAF no entendieron la lógica del nuevo ataque…pero para Churchill era necesario un ataque a “ la moral del enemigo”, a su voluntad de lucha que era inmensa…

Más tarde sucedería en Dresde y en muchas ciudades alemanas abiertas, cuando Stalin le reclamó a Churchill que hiciera algo para debilitar la resistencia de los alemanes al avance del Ejército Rojo… Al final, las guerras solo se ganan cuando se quiebra la voluntad de los contrarios de persistir y resistir… o nunca se ganan…

Así también lo entendió Truman quien decidió lanzar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. Los previos ataques demoledores a Tokio con bombas incendiarias, las batallas encarnizadas en cada isla, el imponente ritual kamikaze, solo indicaban que la guerra se prolongaría por años, y con un número de bajas norteamericanas difícil de asumir, una perspectiva de ingobernabilidad permanente bajo la ocupación del archipiélago nipón, más cuando en ese momento se tenía la seguridad de que los nacionalistas chinos gobernarían el continente según lo pactado….

Por eso decía el filósofo francés Jean Guitton: “el Arte Supremo en materia bélica en cualquier época ha consistido en evitar la guerra limitándose a amenazar. El terror previo debía bastar. Pero para que ese terror pudiese actuar sin pruebas, tenía que parecer creíble. Y para que pareciese creíble, tenía por lo menos que existir. Esa es la paradoja de cualquier terror”… “Solo se puede destruir la guerra atómica preparándola. Solo se puede preparar deseándola. y cualquier disuasión eficaz supone una intención…”

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